Berio es uno de los compositores más destacados le siglo XX y entre su producción contamos para saxo con la trasncripcción de dos de sus sequenzas que figuran en nuestro repertorio. Ademas de otras participaciones on obras de cámara como Canticum…, e inclsuo en alguna ópera. Pero nos viene muy bien conocer su biografia y como llego a construir su gra edificio musical.
Luciano Berio nació en Oneglia, Italia (hoy día llamado Borgo d’Oneglia, un pequeño pueblo a 3 km al norte de Imperia). Recibió sus primeras clases de su piano de su padre y su abuelo que eran organistas. Durante la Segunda Guerra Mundial fue reclutado por el ejército, pero en su primer día se hirió en una mano mientras aprendía a usar la pistola. Pasó un tiempo en un hospital militar antes de escapar para luchar en grupos anti-nazis.
Después de la guerra, Berio estudió en el Conservatorio de Milán con Giulio Cesare Paribeni y Giorgio Federico Ghedini. Abandonó los estudios de piano debido a la herida en su mano y se concentró en la composición. En 1947 se estrenó en público uno de sus primeros trabajos, una suite para piano.
Berio se ganó la vida durante ese tiempo acompañando clases de canto, así conoció a la soprano americana Cathy Berberian con quien contraería matrimonio poco después de graduarse (luego se divorciaron en 1964). Berio escribiría numerosas piezas en las que explotaba la única y versatil voz de su esposa.
En 1951 viajó a los Estados Unidos para estudiar con Luigi Dallapiccola en Tanglewood, quien le hizo interesarse por el serialismo. Posteriormente acudió a los cursos de verano de Darmstadt, donde conocerá a Pierre Boulez, Karlheinz Stockhausen, György Ligeti y Mauricio Kagel. Comenzó a interesarse en la música electrónica, fundando el Studio di Fonologia, un estudio de música electrónica en Milán, con Bruno Maderna en 1955. Invitó a un número de significativos compositores a trabajar allí, como Henri Pousseur y John Cage. También creó una publicación sobre música electrónica, Incontri Musicali.
En 1960, Berio volvió a Tanglewood, esta vez como compositor residente, y en 1962, invitado por Darius Milhaud, ingresó como profesor en el Mills College en Oakland, California. En 1965 comenzó a impartir clases en el Juilliard School y allí fundó el Juilliard Ensemble, un grupo dedicado a interpretar música contemporánea. En ese mismo año, Berio se casó por segunda vez, esta vez con la filósofo Susan Oyama (se divorció en 1971). Entre sus estudiantes se encontraban Louis Andriessen, Steve Reich, Luca Francesconi y, quizás sorprendentemente, Phil Lesh de la banda Grateful Dead.
Durante todo este tiempo, Berio estuvo constantemente componiendo y forjándose una reputación, ganando el Premio Italia en 1966 por Laborintus II. Su labor como compositor quedó consolidada cuando su Sinfonía fue estrenada en 1968.
En 1972, Berio regresó a Italia. Desde 1974 hasta 1980 fue director de la sección de electroacústica del IRCAM en París, y en 1977 contrajo matrimonio por tercera vez, ahora con la musicólogo Talia Pecker. En 1987 creó Tempo Reale en Florence, un centro con intenciones similares al IRCAM
En 1994 se convirtió en Distinguido Compositor Residente en la Universidad de Harvard, manteniendo este cargo hasta el 2000. También en el 2000 fue nombrado Presidente y Superintendente de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma. Continuó componiendo hasta el final de su vida. Luciano Berio falleció en el 2003 en un hospital de Roma.
La música de Berio
Obras originales
Las obras electrónicas de Berio datan en su mayor parte de su estancia en el Studio di Fonologia de Milán. Uno de los más influyentes trabajos que produjo allí fue Thema (Omaggio a Joyce) (1958), basado en una lectura de su primera esposa Cathy Berberian de la novela de James Joyce Ulysses. En un trabajo posterior, Visage (1961) Berio creó un emocionante lenguaje a base de cortar y modificar una grabación de la voz de Cathy Berberian.
En 1968, Berio completa O King un trabajo del que existen dos versiones: una para voz, flauta, clarinete, violín, violonchelo y piano, y otra para ocho voces y orquesta. Esta pieza esta creada en memoria de Martin Luther King, que fue asesinado poco antes de componerla. En ella, las voces entonan primero las vocales y después las consonantes, para después todas juntas enlazar su nombre en los últimos compases.
La versión orquestal de O King fue integrada, poco después de terminada, en la que quizá sea la composición más famosa de Berio, la Sinfonia (1968-69), para orquesta y ocho voces amplificadas (un doble cuarteto vocal con micrófonos). En esta obra las voces no son utilizadas en la forma tradicional; no sólo hacen el típico canto entonado, sino que las voces recitan, susurran y gritan palabras de Claude Lévi-Strauss (cuyo Le cru et le cuit proporciona gran parte del texto), Samuel Beckett (de su novela El innombrable), instrucciones de partituras de Gustav Mahler y otros textos. La obra es uno de los paradigmas de la técnica de collage y una de las más populares de Berio.
A-Ronne (1974) es un collage similar pero más directamente enfocado en la voz. Originalmente fue escrito como un programa de radio para cinco actores y en 1975 fue reelaborado para ocho vocalistas y una parte para teclado opcional. Esta obra es una de las numerosas colaboraciones con el poeta Edoardo Sanguineti, quien dio a esta pieza un texto lleno de citas cuyas fuentes incluyen a la Biblia, T. S. Eliot o Karl Marx.
Coro
Otro ejemplo de la influencia de Sanguineti es la amplia obra Coro, para orquesta, voces solistas y un gran coro, cuyos integrantes son emparejados con instrumentos de la orquesta. La obra durante un poco más de una hora, y explora un número de temas vinculados a la música folclórica de una variedad de regiones: Chile, Norteamérica, África. Temas recurrentes son la expresión del amor y la pasión; el dolor de ser separados de los que amamos; la muerte de una esposa o esposo. Una línea repetida es «venid y ved la sangre en las calles», una referencia al poema de Pablo Neruda, escrito en el contexto de los salvajes eventos sucedidos en Latinoamérica bajo los diferentes régimenes militares.
Entre otras composiciones de Berio se encuentran Circles (1960) y Recital I (for Cathy) (1972), todas escritas para Berberian, y varias obras teatrales, como la ópera Un re in ascolto, con la singular colaboración de su compatriota Italo Calvino.
Sequenzas
Berio también produjo obras en las que no se cita otros trabajos. Quizá la más conocida sea la serie de trabajos para instrumentos solistas bajo el nombre de Sequenza; la primera, Sequenza I fue realizada en 1958 para flauta. La última, Sequenza XIV (2002) fue compuesta para violonchelo solo. Estos trabajos exploran de lleno las posibilidades de cada instrumento. Las distintas Sequenza son:
Sequenza I para flauta (1958)
Sequenza II para arpa (1963)
Sequenza III para voz femenina (1965)
Sequenza IV para piano (1966)
Sequenza V para trombón (1965)
Sequenza VI para viola (1967)
Sequenza VII para oboe (1969) y transcripcción para saxo soprano
Sequenza VIII para violín (1976)
Sequenza IX para clarinete (1980) y transcripcción para saxo alto
Sequenza X para trompeta en Do y resonancia de piano (1984)
Sequenza XI para guitarra (1987-88)
Sequenza XII para fagot (1995)
Sequenza XIII para acordeón «Chanson» (1995)
y Sequenza XIV para violoncello (2002).
Adaptaciones y transcripciones
Berio ha adaptado sus propias composiciones: la serie Sequenze dio lugar a una serie de trabajos llamada Chemins, cada uno de ellos basado en una Sequenza. Por ejemplo, Chemins II (1967) toma la Sequenza II (1963) para arpa y la adapta para solo de viola y otros nueve instrumentos. Chemins II es así mismo transformada en Chemins III (1968) añadiendo una orquesta, y también existe Chemins IIb, una versión de Chemins II sin solo de viola pero con un conjunto más amplio, y Chemins IIc, que añade un solo de clarinete bajo a Chemins IIb. Las Sequenze también han dado luz a otras nuevas obras con otros títulos: Corale (1981), por ejemplo, está basado en la Sequenza VIII.
Además de sus propias obras y adaptaciones, Berio es conocido por realizar numerosos arreglos de obras de otros compositores, tales como Claudio Monteverdi, Henry Purcell, Johannes Brahms, Gustav Mahler y Kurt Weill. Para su primera mujer escribió Folk Songs (1964) una colección de arreglos de canciones populares y folclóricas. También escribió un final para la ópera de Giacomo Puccini Turandot (estrenada en Los Angeles el 27 de mayo de 2002 y ese mismo año en Amsterdam y Salzburgo) y en Rendering (1989) tomó los pocos bosquejos que Franz Schubert hizó para su Sinfonía No. 10, y los terminó añadiendo música derivada de otras obras de Schubert.
De hecho, la transcripción es una parte vital de las obras «creativas» de Berio. En «Two Interviews», Berio expresa que lo que un curso de Escuela en transcripción debería buscar, no es solamente mirando a Franz Liszt, Igor Stravinski, Bach, él mismo y otros, sino extender a la composición lo que es la transcripción de uno mismo.
En este punto, Berio rechaza y abandona la noción de «collage», prefiriendo tomar la posición de «transcriptor», arguyendo que «collage» implica un cierto abandono arbitrario al cuidadoso control de su ejecución altamente intelectual, que se da especialmente en su Sinfonia, prefiriendo más sus otras obras «deconstructivas».
Entonces, cada cita evoca cuidadosamente el contexto de la obra original, creando una red abierta, pero abierta a referentes altamente específicos y una vigorosamente definida, si re-generativa, relación significante-significado. «No estoy interesado encollages, y sólo echo mano de ellos sólo cuando lo hago con mis hijos: entonces son un ejercicio de relativizar y «descontextualizar» imágenes, un ejercicio elemental cuyo saludable cinismo no debería hacer daño a nadie» dice Berio a la entrevistadora Rossana Dalmonte, en la que se lee como intenta distanciarse de la imagen caótica que muchos descuidados analistas de segunda mano tienen de él.
El significado de Berio
Probablemente la contribución más destacada al mundo de la música experimental no serial de la postguerra, que se refleja en muchas sus composiciones, es su asociación con un amplio mundo de la teoría crítica (epitomizada por su larga amistad con el lingüista y crítico teórico Umberto Eco) en su música. Las obras de Berio son entonces actos analíticos: mitos deliberadamente analizados, historias, los componentes de las palabras mismas, u obras musicales preexistentes.
En otras palabras, no es sólo en la composición del «collage» en la que convergen los significados, es la particular composición del componente «sonido-imagen» que converge en un significado, incluso significado extra-musical. La técnica del «collage» que está asociado a él, entonces, antes que un proceso neutral es un proceso consciente. joyceano de análisis-por-composición, una forma de transcripción analítica de las que la Sinfonia y los Chemins son los ejemplos más pruritos. Entonces, Berio ofrece sus composiciones como formas de discurso académico o cultural más que un «mero» forraje para ellos.
Lista de obras (No está todo su catálogo)
Thema (Omaggio a Joyce), cinta magnética (1958)
Allez-Hop, cinta magnética (1959)
Visage, cinta magnética (1961)
Chants parallèles, cinta magnética (1975)
Diario immaginario, electrónica (1975)
Obras vocales
Circles, para voz, arpa y percusión (1960)
Folk Songs, para mezzosoprano y siete instrumentos (1964)
Laborintus II, para voz, instrumentos y cinta magnética (1965)
Sequenza III, para voz (1966)
O King, para mezzo soprano y cinco instrumentos (1968)
Sinfonía, para ocho voces amplificadas y orquesta (1969)
Recital (for Cathy), para mezzosoprano y 17 instrumentos (1971)
Cries of London, para ocho voces (1974)
A-Ronne, para cinco u ocho voces (1975)
Canticum Novissimi Testamenti I, para coro (1988)
Canticum Novissimi Testamenti II, para 8 voces, 4 clarinetes y cuarteto de saxofón (1988)
Obras instrumentales
Sequenza I, para flauta (1958)
Sequenza II, para arpa (1963)
Chemins I, para arpa y orquesta (1965)
Sequenza III, para voz (1966)
Sequenza IV, para piano (1966)
Sequenza V, para trombón (1966)
Sequenza VI, para viola (1967)
Chemins II, para viola y nueve instrumentos (1967)
Chemins III, para viola y orquesta (1968)
Sequenza VII, para oboe (1969)
Chemins IIb, para orquesta (1970)
Chemins IIc, para clarinete bajo y orquesta (1972)
Línea, para dos pianos, vibráfono y marimbáfono (1973)
Points of the Curve to Find, para piano y 22 instrumentos (1974)
Sequenza VIII, para violín (1975)
Chemins IV, para oboe y cuerda (1975)
Il ritorno degli snovidenia, para violonchelo y 30 instrumentos (1977)
Sequenza IX, para saxofón alto (1980)
Accordo, para conjunto de viento y percusión (1981)
Sequenza X, para trompeta y piano amplificado (1984)
Voci, para viola y dos grupos de instrumentos (1984)
Secuencia XI, para guitarra (1988)
Chemins V, para guitarra y 42 instrumentos (1992)
Notturno, para cuarteto de cuerda (1994)
Secuencia XII, para fagot (1995)
Sequenza XIII, para acordeón (1995)
Alternatim, para clarinete, viola y orquesta (1997)
Altra voce, para flauta, mezzosoprano y electrónica en vivo (1999)
Sequenza XIV, para violonchelo (2002)
Obras orquestales
Sinfonía, para ocho voces amplificadas y orquesta (1969)
Chemins IIb, para orquesta (1970)
Movimiento, para orquesta (1971)
Concierto, para dos pianos y orquesta (1972)
Still, para orquesta (1973)
Eindrücke, para orquesta (1974)
Coro, para coro y orquesta (1976)
Requiem, para orquesta (1984)
Continuo, para orquesta (1991)
Ekphrasis (Continuo II), para orquesta (1996)
Música escénica
Opera, teatro musical (1970)
Per la dolce memoria di quel giorno, ballet (1974)
La vera storia, teatro musical (1978)
Un re in ascolto, teatro musical (1984)
Outis, teatro musical (1996)